domingo, 25 de enero de 2009

El silencio de la noche

Cada noche mientras escribo puedo darme cuenta del silencio que hay durante la noche, a veces se escuchan los ladridos de un perro a lo lejos como si quisieran ahuyentar a aquel que ose pararse frente de su hogar, en otros momentos se escuchan a los gatos que maúllan en la noche llamándose unos a los otros tratando de estar juntos más y más.

Entre ese silencio de la nada en las calles que están; sino desiertas, poco transitadas, se oye el sonido de una motocicleta que lleva a su dueño algo tarde a descansar, mientras un auto a lo lejos va en lento andar esperando llevar a su conductor a los brazos de su esposa, mientras sus hijas ya se han quedado dormidas y que al escuchar el sonido del automóvil llegar saldrán a recibirle a pesar de ser casi de madrugada.

En otros lugares hay quienes sin proponérselo han encontrado un lugar donde descansar, esos vagabundos que a veces no saben si mañana estarán en la misma esquina o si sus pasos erráticos los llevaran a un parque o a ser encontrados por algún samaritano que los llevé a un albergue y los trate de cambiar por seres productivos que olviden su soledad y su tristeza.

Y mientras todo esto ocurre en alguna parte de la ciudad yo escribo y escucho a lo lejos la voz de un muchacho que dice "prende la luz" pero yo estoy próximo a apagarla para descansar y esperar que venga la mañana con un nuevo día, que olvidará poco a poco el silencio de la noche, tan sereno y tan fascinante.

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