viernes, 23 de enero de 2009

Pesadillas

Anoche tuve pesadillas, quizá fueron creadas por haber comido de más el día anterior o por lo descabellado que me pareció la escena del pollo rostizado, pero de pronto sólo recuerdo no existía ninguno de mis seres amados e iba en dirección a mi trabajo, pero no podía tomar un transporte, tenía que irme en una bicicleta mientras un hombre que podría considerarse insignificante, delgado con ojos pequeños, bigote pequeño y vestido de boy scout me decía que no tardaría mucho en llegar: mientras sus hijos 11 muchachos de 21 años y vestidos de boy scout estaban recogiendo escombros en la calle.

Me fui en la bicicleta de montaña que era igual a una que tuve hace mucho y de la cual siempre tenía el miedo de que se le ponchara la llanta y no pudiera llevarla a que la repararan, y precisamente eso ocurrió la llanta se ponchó, al preguntar sobre un lugar donde ponerle aire y reparar la fuga me señalaron un edificio de ventanales enormes y cortinas y en donde al entrar me di cuenta que no era lo que parecía, era un billar con miles de mesas y jugadores concentrados en lograr ganarle a los otros.

Fui hasta el fondo y al preguntar si me reparaban la fuga de la bici, me negaron el servicio yo dándome cuenta que esto no era justo molesto, cuando un par de personas se me pusieron en frente, no dude en reconocerlos eran compañeros míos de ingeniería, Eric y Edgar quienes ya no eran los que conocí, ahora derrochaban dinero de una dudosa procedencia, y vaya incoherencia si eran personas que no rompían ni un plato (pero quizá me pude haber equivocado), de alguna manera me consiguieron un transporte que me llevó al metro, pero no noté más, sólo recuerdo como si todo de fuera a negros como en película para volver y verme en el vagón que avanzaba.

Todo parecía normal pero la marcha del metro no continuó sacaron a todos del vagón en una estación mientras el suelo desnivelado se llenaba de agua y varios niños eran conducidos fuera de la estación.

Toda esta pesadilla iba a llevarme aun destrucción masiva de lo que conozco cuando el sonido del despertador me volvió a la realidad, noté que nada de eso había pasado, que esa destrucción y miedo a pesar de ver el sueño entre neblinas, es eso; sólo un sueño salido de mi mente, que no significa nada y que al llegar el día se desvanece, porque fue un mal sueño y una muy mala pesadilla.

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